22 de noviembre , martes 20:44
El tráfico estaba inquietante ese día de plena primavera, parecía que todo el mundo se había puesto de acuerdo para coger el coche. Nada mas pensar en eso me salía una sonrisa de oreja a oreja. Me encantaba ver el mundo así de lleno.
Pasando la rotonda a la que conducía a mi casa me fije en algo que me llamo mucho la atención, parecía especial y simpático y me dieron ganas de parar para conocerle, pero por algo mis amigas me llamaban la `indecente´´, era muy vergonzosa y creo que eso era lo único que fallaba en mi.
Me desperté a la mañana siguiente pensando en el, tenía miedo a obsesionarme pero seguí con su cara en la cabeza, y todos los días a la misma hora me pasaba por allí para haber si tendría el valor de acercarme a él, hasta que por fin lo logre.
Me encanto, era diferente, cuando hablaba con él sentía que en el mundo solo existíamos él y yo. Me hacía sentirme bien conmigo misma, y eso era difícil de conseguir, por lo menos conmigo.
Durante una semana, que paso volando, fuimos quedando para conocernos hasta que un día le dije que no aguantaba más, que le necesitaba besar, me sentí genial, aparte de que ya no me llamarían por ese nombre que tanto odiaba, ese chico me gustaba mucho.
Pasaron dos años hasta que decidimos independizarnos juntos, sabíamos que queríamos pasar el resto de nuestras vidas juntos, hicimos muchísimas cosas, parecía que poco a poco nos estábamos comiendo el mundo a mordiscos.
Dicen que el amor a primera vista no existe, pero yo pienso lo contrario, creo que la frase que define esa palabra es que te enamoras inesperadamente, y también pienso que lo que uno desea demasiado nunca llega y que cuando mas te preparas para algo mas se aleja de ti . Lo mejor que se puede hacer es no pensar y que el momento llege.